domingo, 20 de mayo de 2012
Azorín
Azorín es una de las principales figuras de la generación del 98, de su núcleo más estricto: junto con Baroja y Maeztu fue uno de "Los Tres". En 1893 publicó ya un folleto, La crítica literaria en España, con el seudónimo de "Cándido"; en 1894, con el seudónimo "Ahrimán", su primer libro: "Buscapiés". Se trata de escritos anteriores a su figura madura de escritor, que se inicia en 1900 con "El alma castellana" y en 1901 con la tragicomedia "La fuerza del amor"; dos obras en que se inicia en el arte de revivir los clásicos españoles, una de las dimensiones esenciales de la obra de Azorín.
Poco después surge el otro gran tema: la realidad de España, en su paisaje, en sus ciudades, en sus personajes de hoy. Antonio Azorín es el protagonista de "La voluntad" (1902) y "Antonio Azorín" (1903). En "Las confesiones de un pequeño filósofo" aparece el mundo de su infancia; en "Los pueblos", el dolor y la ternura de la tierra española. Ya es Azorín quien firma, identificado con su personaje, desde 1904. Durante veinte años va escribiendo algunos de los libros más entrañables de la literatura española: "La ruta de Don Quijote", "España", "Lecturas españolas", "Castilla", "Clásicos y modernos", "Los valores literarios", "Al margen de los clásicos", "El licenciado Vidriera", "Rivas y Larra", "Un pueblecito: Riofrío de Ávila", "El paisaje de España visto por los españoles", "Fantasías y devaneos", "Los dos Luises y otros ensayos", "Don Juan", "De Granada a Castelar", "Una hora de España" y "Doña Inés".
A partir de 1925 se inicia una crisis en la obra de Azorín. En el decenio siguiente publica una serie de "nuevas obras" definidas por la tendencia del momento, lo que Ortega denominó la "deshumanización del arte": "Félix Vargas", posteriormente titulado "El caballero inactual", "Blanco en azul", "Superrealismo". También cultiva el teatro: "Old Spain", "Brandy, mucho brandy", "Comedia del Arte", "El clamor", "Angelita", "Cervantes o la casa encantada" y "La guerrilla". Este período, de cierta vacilación, termina con la Guerra Civil.
Después de la Guerra Civil , Azorín se aproxima de nuevo a su estilo tradicional, sin dejar de buscar e innovar, con una tendencia creciente a la tenuidad narrativa y de la expresión. Entre sus mejores libros de los últimos veinte años se cuentan: "Españoles en París, Valencia, Madrid", "El escritor", "Cavilar y contar", "El enfermo", "María Fontán", "Salvadora de Olbena", "París", "Memorias inmemoriales", "Con permiso de los cervantistas", "Con Cervantes", "Con bandera de Francia", "El cine y el momento", "Pasos quedos", "Agenda", "Ejercicios de castellano". Por otra parte, se han publicado numerosos volúmenes de su labor de articulista, una edición de "Obras selectas" y unas "Obras completas".
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