sábado, 19 de mayo de 2012

Los intelectuales noventayochistas

El ambiente histórico de la España de finales del siglo XIX y la Guerra de 1898 contribuyen a entender la génesis y evolución de los integrantes de este grupo de creadores que tuvieron un papel relevante en la cultura española de todos los tiempos. Ante esta situación... El bilbaíno Miguel de Unamuno escribiría: "Después de la desgracia, apenas se oye llanto" Mientras que el poeta catalán Joan Maragall se lamentaba en su Oda a España: "¿Dónde están tus barcos? ¿Dónde están tus hijos? Pregúntalo al Poniente, a la ola brava, perdiste todo, a nadie tienes. ¡España, España, vuelve en ti, rompe el llanto de madre! A principios de 1900, Pío Baroja escribió: "Hay ciertamente entre los jóvenes, trabajadores solitarios: tienen más ardor y fe que fortuna; pero sus obras caen en el vacío. Citemos entre otros a Miguel de Unamuno, profesor de la Universidad de Salamanca, uno de nuestros hombres más preclaros, que quiere inculcar en España el sentimiento religioso y la aversión al dogmatismo. Martínez Ruiz, trabajador infatigable y taciturno que tradujo Las Prisiones de Kropotkin y La Patria de A. Hamon. Ramiro de Maeztu, autor del libro Hacia otra España, niño terrible, adepto ardiente de Nietzsche y defensor de toda clase de paradojas" El propio Baroja junto a Martinez Ruíz y Ramiro de Maeztu, organizó "el grupo de los 3". Miguel de Unamuno no formó parte de él, aunque apoyó el manifiesto regeneracionista que publicaron. La primera actuación del grupo fue apoyar activamente a un literario ya consagrado, Benito Pérez Gáldos, cuanto éste estrenó en el teatro español "Electra", una obra que estaba basada en un hecho real, la fuga de una niña que ingresó en un convento. Por aquellos años los tres eran unos jóvenes y exaltados militantes de la extrema izquierda, que se atrevían a promover un manifiesto en contra de la concesión del Premio Nobel a Echegaray, que consideraban que las masas habían demostrado no estar concienciadas políticamente, que tachaban de corruptos a la democracía parlamentaria y que creían firmemente que sólo los intelectuales podían regenerar España, para ello parecían estar dispuestos a todo, pero lo único que consiguieron fue levantar un monumento a los muertos en la guerra del desastre del 98. La incapacidad política de los tres coincidió con la publicación de sus primeras obras importantes, Martinez Ruíz incluso adoptó el nombre de su personaje "Azorín", mientras tanto Pío Baroja recibió un homenaje por su novela "Camino de perfección". A partir de 1905, el grupo se dispersó, Ramiro de Maeztu fue de corresponsal a Inglaterra para luego convertirse en ideologo de la extrema derecha, Pío de Baroja se dedicó a la novela intentando sin éxito ser elegido congresista por el partido radical de Alejandro Lerroux, Azorín compatibilizaría su carrera política en el partido conservador con una intensa colaboración en el periódico monárquico ABC, su maestro, Miguel de Unamuno siguió enseñando y escribiendo en su cátedra de Salamanca, convirtiéndose en el mayor crítico de la monarquía de Alfonso XIII, a cuya caída colaboró activamente. A estos cuatro literarios, se han asociado también los nombres de Ramón María del Valle-Inclán y Antonio Machado, dos de sus amigos en las tertulias de cafés, ambos se dieron a conocer por sus texto esteticistas de estilo modernista, pero fueron evolucionando, Valle-Inclán comenzó a tratar temas de crítica social, y Antonio Machado se interesó por Castilla y su historia escribiendo poemas y ensayos muy comprometidos políticamente, se pude afirmar que ambos fueron dos noventayochistas tardíos.

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